La publicación El nuevo arte de diseñar libros,1 editada en el 2018, aborda el género “libro de artista” o bookwork desde la mirada del diseño y el arte. Es un proyecto editorial que analiza este soporte como un medio de expresión en expansión, con su historia y posibles desarrollos en el siglo XXI. El libro está compuesto por una serie de textos de académicos, artistas y diseñadores que ensayan respuestas sobre una praxis con el libro de artista expandido. La publicación vincula el diseño gráfico y editorial con el arte contemporáneo y el audiovisual (considerando los medios de producción), así como también sus instancias curatoriales y su exhibición en espacios de arte. En el marco del Seminario “Narrativas digitales” en la Maestría Dicom —dictado por Jorge La Ferla, Gabriel Boschi, Ramiro Diaz y Mariel Szlifman—, nos proponemos incluir una visión integrada de estas disciplinas partiendo del soporte editorial como espacio ensayístico donde pueden converger y expandir(se) narrativas gráficas y digitales que van desde el multimedia hasta el transmedia.
El proyecto del libro nace en la Cátedra La Ferla (Carrera de Diseño Gráfico, Fadu, UBA), a partir de una etapa de investigación y experimentación del cruce entre los medios audiovisuales y el diseño gráfico. Luego, se realizó la curaduría y producción de la exposición “Libros de artista. Ediciones expandidas” (2018),2 instancia que permitió consolidar estos recorridos en el espacio expositivo. El libro está organizado en tres secciones: 1) Visiones de un género. Diseño, cine, arte; 2) Práctica y pensamiento. Medios, formatos, representación; 3) La exposición (catálogo sobre las obras seleccionadas). De esta forma, la publicación se propone como una bitácora y archivo del proyecto expositivo, al mismo tiempo que plantea interrogantes sobre el libro de artista desde su contemporaneidad. Tomamos como referencia al artista y editor mexicano Ulises Carrión (1941-1989), a quien el título rinde homenaje y parafrasea. En El arte nuevo de hacer libros (1975) Carrión produce un manifiesto sobre el bookwork (los libros como arte) y proclama al libro como dispositivo y concepto, separado del texto literario. Este es nuestro punto de partida para pensar el Libro de artista: desde su definición como concepto, arte y diseño.
Los artículos que componen el capítulo “Visiones de un género” (La Ferla, Szlifman) incluyen teorías elaboradas alrededor del soporte realizadas por investigadores, curadores y artistas (Johana Drucker, Anne Moeglin-Delcroix, Guy Schraenen, Ulises Carrión). Así, se define el “libro de artista” como un medio artístico autónomo e interdisciplinario entendido desde el “múltiple democrático” (reproducible) ante el libro objeto o plástico. Se revisitan referencias iniciáticas claves de las décadas del 60 y 70 hasta producciones actuales para observar qué tipo de vertientes y usos se desarrollan hoy: desde instancias proyectuales hasta ensayísticas. Asimismo, se realiza una visión crítica de los “dispositivos escriturales”, aquellas formas de comunicación y representación que evolucionaron con el hombre para llegar a definir el cruce entre la imagen en movimiento (cine) con los soportes librescos.
En el capítulo “Práctica y pensamiento”, algunos de los artistas de la exposición analizan el formato expositivo del libro hasta la instalación en relación al medio audiovisual con el cual opera; así como también desarrollan conceptualmente su trabajo, inscripto en el discurso ensayístico. Antonelia Adosi, Eleonora Pautasso y Maite Mendive nos acercan reflexiones sobre el uso de la cámara fotográfica —analógica, estenopeica, digital— como forma de exploración del mundo en relatos que van desde el autorretrato al paisaje urbano. La memoria familiar, los archivos, la ciudad, son disparadores para la construcción de objetos de diseño, mapeos e instalaciones. Augusto Daniele realiza un estudio sobre el uso expresivo del medio locativo y móvil (datos y metadatos) como forma de representación del paisaje urbano y cómo nos relacionamos con la ciudad en el siglo XXI. Nicolás Grandi recorre la definición de lo transmedia a través de dos experiencias artísticas propias donde se pone en escena lo social, lo cultural y lo político a través del deseo y el cuerpo.
En “La exposición” se muestran los trece proyectos seleccionados y desarrollados para la muestra “LIBROS DE ARTISTA. Ediciones expandidas” (2018). Este capítulo recopila sinopsis conceptual, fotografías y descripción técnica de las obras, a modo de documentación. La serie es el resultado de una práctica ensayística que explora el papel como soporte expresivo en el espacio expositivo, en la que se elaboraron tres tópicos curatoriales que buscan afinidades entre las obras: cartografías urbanas, autorretratos y cinegrafías. Estos ejes tejen lazos entre los elementos narrativos, expresivos y conceptuales de las obras, así como también en sus formatos expográficos. Son todas producciones recientes, que se inscriben en un mapa local y actual de esta práctica del “libro expandido” e instalado en el espacio de arte.
En este artículo, me gustaría retomar dos casos puntuales de las obras exhibidas donde podemos encontrar un punto de inflexión para pensar al editorial como un espacio expandido hacia prácticas multimedia o transmedia, particularmente a partir de los casos de Daniele y Grandi. Es la actual convergencia digital3 la que habilita, en ambos casos, generar objetos multimediales o multisoportes que van desde lo editorial, lo instalativo, hasta lo digital en sitios web y redes sociales produciendo una circulación por múltiples canales mediáticos. La expansión a otros soportes permite un relato que amplía el flujo unidireccional de las narrativas hacia entornos navegables e interactivos incluyendo al espectador de la obra desde un lugar activo.
La poética de la Fragilidad (2016/2018) de Nicolás Grandi y Lata Mani es un ensayo audiovisual sobre la fragilidad en clave poética. Lo podemos definir como un proyecto transmedia en tanto transita tres soportes distintos (film, libro, sitio web), a partir de los cuales se transforma desde un proceso no lineal: de relectura, re-combinación, de traducción de un soporte al otro. Nos propone un diseño particular para cada uno de estos soportes, pensados desde el inicio del proyecto y no como consecuencia uno del otro, como podemos encontrar en la mayoría de los filmes que se acompañan por libros o sitios web. Grandi & Lata activan un proceso proyectual desde el comienzo de su producción artística, partiendo de un guión (orgánico) que se convierte en la base conceptual para trabajar todos los soportes. El film se define como un ensayo observacional ó “video-contemplación” documental que investiga socialmente las concepciones sobre la fragilidad; el libro de artista (soporte que “contiene” el film bajo un código QR) es un objeto de arte autónomo, que propone una narrativa impresa a través del papel, la secuencia, imágenes y texturas. El sitio web www.thepoeticsoffragility.com (diseñado por Diego Oneto) es una plataforma comunitaria que alberga el film, el guión, las notas de proceso, material de soporte y respuestas colaborativas al proyecto. El concepto que atraviesa el proyecto se traduce y adapta en cada medio a partir de la imagen, el sonido, la palabra y la navegación propuesta al lector-espectador por lo imaginario (en el cine), por la mediación de la pantalla (web) y por el soporte táctil del papel (libro).
El sitio propone un diseño web orgánico a través de una estructura de hipervínculos y diferentes niveles, donde el “scroll” que hacemos con el mousse, activa una reorganización de los elementos en pantalla, como por ejmeplo a partir de la tipografía en movimiento componiendo una poesía. Los links, zonas de activación, potencian procesos de asociación, previamente programados por los artistas y el diseñador, que unen textos, sonidos, imágenes.4 El usuario, en la medida que recorre la superficie visual de la imagen (digital, diferente al cine y al libro), la activa como mapa de vínculos en la que se establece una navegación interactiva. No hay un ordenamiento lineal ni secuencial de los contenidos sino pasajes, una superposición compleja de elementos. El sitio web también tiene un fuerte componente proyectual, ya que aparece como potencial para ofrecer otra manera de transitar el guion y el proceso para hacer el film. Por ejemplo, el guión re-imaginado o reordenado como un yantra, con una lógica de contener y liberar. Un reordenamiento que ofrece múltiples puntos de entrada y que libera la linealidad del film. También re-imaginado por la capa sonora que acompaña toda la navegación. Además, propone una sección de “sinergias”, convocatorias de relectura colaborativa del proyecto que vuelven en forma de textos, sonidos, imágenes. También se suma el blog, que funciona como una bitácora de experiencias donde el proyecto se presentó: conversaciones, diálogos y activaciones por parte del público o especialistas. De esta forma, la web se nos presenta como la idea de exploración de un territorio. Es una lectura o un trayecto donde hay que explorar la superficie:
“Lo transmedia opera como este gris compuesto de diferentes colores. El diálogo y las intersecciones que establecen los diferentes medios y soportes generan un borramiento o derrame de bordes y límites y abre el juego a nuevos imaginarios y relaciones estéticas siempre desde la posibilidad y la potencia que ofrece pensar y jugar con formas múltiples».5
Por su parte, el libro de artista (diseñado por Aaniya Asrani) reimagina el guión y la película como una experiencia táctil de duración impresa, expande la exploración con notas de proceso, ensayos críticos y respuestas artísticas. Tal como definimos al libro de artista como género, donde espacio poético y el visual son indisociables, este libro nos propone una interacción visual, táctil, conceptual y sensorial indivisible. La primera acción que nos propone este objeto es una acción rupturista, una acción que nos obliga a participar: debemos romper el contenedor del libro para poder acceder a él. A partir de una serie de estrategias materiales de superposición, fragmentación y poesía visual el diseño editorial propone un recorrido exquisito que potencia la navegación impresa.
En la exposición “LIBROS DE ARTISTA. Ediciones expandidas”, el proyecto cobró forma de instalación audiovisual site specific para la Sala Pinacoteca de FADU. De esta forma, la obra se materializó en el espacio a partir de un diseño que incluyó: un tríptico de mini-proyectores dentro de una caja vidriada, un proyector de video a pared; poesías en vinilo inscriptas sobre el vidrio de la sala, el libro de artista desplegado sobre una mesa de trabajo, un espejo intervenido y afiches en papel que podían ser llevados por el público. Este diseño del espacio y del tiempo implicó la inclusión del espectador desde otro punto de vista, en la articulación de una “puesta en obra” expositiva que habilitó la fragmentación y espacialidad de los materiales.
Por su parte, Heterotopías urbanas (2016) de Augusto Daniele es un proyecto que propone un mapeo corporal y móvil por algunos barrios de la ciudad de Buenos Aires. Está conformado, inicialmente, por un libro de artista —fotografías impresas con sus metadatos, códigos QR— y un perfil de Instagram, que luego cobró forma de intervención visual para la exposición “LIBROS DE ARTISTA. Ediciones expandidas”. En este trabajo, se exploran las fronteras de lo analógico/digital y la relación del cuerpo con la ciudad a través de los medios; particularmente, el aparato móvil y locativo.6 Daniele parte de la revisión de las ideas de Baudelaire quien describe cómo el flâneur del S.XIX recorre una París transformada por la Modernidad, que queda obsoleta en el S. XXI frente a los nuevos paisajes urbanos y mediáticos. De esta manera, como artista y diseñador se propone repensar cómo en la actualidad el paseante urbano se enfrenta a nuevos entornos y a medios que operan como extensiones del cuerpo humano. Con la necesidad de pensar un posible medio que tomara nota de la acción de caminar y moverse, al mismo tiempo que registrar imágenes, sonidos, videos y que, a su vez, permitiera crear en un espacio virtual un archivo de aquellas producciones, el teléfono móvil rápidamente se mostró como un meta-dispositivo capaz de englobar múltiples medios y posibilitar todos estos requerimientos. Como aparato móvil, plantea la confluencia de un dispositivo de telecomunicaciones con redes móviles que portan voz, datos e Internet (lo que agiliza el intercambio de contenido audiovisual) y, como medio locativo, es capaz de posicionarse vía GPS en un sistema de coordenadas geográficas (pero que únicamente recibe señales de una constelación de diversos satélites). Es así como el proyecto busca activar tres tipos de movilidad: física, informática y cognitiva/imaginaria, activando el espacio urbano como un hipertexto. El mapa es una abstracción del territorio y en el entorno digital el mismo ha pasado de ser estático a dinamizarse por completo.
La obra Heterotopias urbanas busca trabajar recorridos urbanos a partir de movimientos que puedan volverse una performance poética a partir de la consigna “El mapa no es el territorio” y volviendo visible ese mensaje a través de las herramientas de las tecnologías móviles como una acción de diseño. Es así como se conjugan las acciones de escribir con el cuerpo y registrar con el aparato a través de una aplicación que traduce el movimiento a una secuencia de puntos sobre el mapa, que al unirlos recomponen signos alfabéticos: la operación conjunta entre cuerpo y celular se vuelve imagen gracias al diseño del medio locativo. Esta acción logra reinterpretar el paisaje urbano como un objeto en el que lo virtual y lo físico integran una relación indivisible.
A partir del libro de artista como soporte material y conceptual del trabajo, es interesante cómo se diseña la relación entre el espacio físico y el virtual, incorporando el código QR a la obra en papel como acceso a nueva información que se le proporciona al lector como forma de recorrer la obra; así como la visualización de la metadata que produce el mismo aparato. El link hacia un perfil de Instagram (que se va completando a modo de work in progress) permite esa interacción con el usuario, quien incluso puede formar parte de la propuesta utilizando el hashtag #miradainvisible. El proyecto se apropia de recursos tecnológicos como el GPS, el análisis de metadata, los códigos QR, el volcado hexadecimal y construye a partir de eso su propio lenguaje expresivo.
Respecto a su re-diseño para el formato de intervención sobre pared, esto implicó nuevas formas de visualización de los diversos trayectos realizados por el autor. En este nuevo formato, se recompone y destaca el mensaje original trazado sobre la trama urbana, a modo de poesía visual corpórea, acompañado por las fotografías e invitándonos a reflexionar sobre las diferentes formas de comprender el mapa, los metadatos generados por los dispositivos móviles, y las diversas formas de visualizar el territorio:
“Mi objetivo fue contar y escribir a la vez, recorrer la ciudad, registrar esa acción y volcar todo lo producido y registrado (datos y metadatos) en un objeto, en un libro de artista. La intención fue escribir con el cuerpo, escribir un recorrido por la ciudad. Los medios locativos se encargaron de mediatizar el mensaje.”7
Finalmente, las ideas iniciadas hace ya dos años en El nuevo arte de diseñar libros se amplían con nuevas miradas, lecturas y prácticas artísticas, mediáticas y de diseño. Los textos y las obras que componen la publicación son disparadores para pensar estrategias, técnicas, formatos y materialidades que van desde el libro de artista contemporáneo hasta su posible expansión al campo de la instalación o hacia proyectos transmedia.