En el marco de las actividades coordinadas por diCom, en el mes de septiembre de 2007, se desarrolló el taller teórico-práctico “Alfabetos porteños: una arqueología de Buenos Aires” cuyo objetivo fue la producción de “alfabetos” capaces de describir la identidad cultural de la ciudad.
La actividad estuvo a cargo de Rejane Cantoni (investigadora en Sistemas de Información, Magíster en Visualización y Comunicación Infográfica de la Universidad de Ginebra) y de Priscila Farias (graduada en Comunicación Visual y Magíster en Comunicación y Semiótica de la Universidad de San Pablo), ambas doctoras de la Pontificia Universidad de San Pablo, Brasil.
El abordaje “etnográfico-arqueológico” del workshop permitió trabajar sobre la ciudad de Buenos Aires a partir de una mirada que recuperase la extrañeza de lo desconocido. Para ello, Cantoni y Farias plantearon una excursión imaginaria a un lugar que ya no existiera. Además de proponer que la ciudad sea percibida desde un observador ajeno, “de otro mundo”, como aquella mirada que tenían los exploradores de la época de los grandes descubrimientos, cuando se enfrentaron a culturas incomprendidas y “desorganizaron” los “nuevos” mundos a los que llegaron. Sin embargo, aquellos visitantes sí organizaron inventarios y colecciones de fragmentos de sentido que habían perdido su contexto original pero que tenían que recuperar uno nuevo.
El taller trabajó sobre la investigación de objetos, espacios, signos y códigos, con la finalidad de reorganizarlos en una especie de “alfabeto”, un sistema de comunicación que permitiese re proponer la cultura urbana de Buenos Aires. Durante el workshop los participantes debían buscar 27 tipologías de objetos físicos o virtuales que incluyeran imágenes, ideas, fórmulas, sonidos e instrumentos de todo tipo, es decir, artefactos sígnicos que sintetizaran la identidad local, su registro y su catalogación. Los participantes elaboraron un conjunto de reglas y combinaron datos para armar una “gramática” que articulara los nuevos signos del “alfabeto”. Como conclusión se realizaron 27 signos en clave alfabética que mostraron una amplia capacidad de mixtura y composición.
El abordaje “etnográfico-arqueológico” del workshop permitió trabajar sobre la ciudad de Buenos Aires a partir de una mirada que recuperase la extrañeza de lo desconocido. Para ello, Cantoni y Farias plantearon una excursión imaginaria a un lugar que ya no existiera. Además de proponer que la ciudad sea percibida desde un observador ajeno, “de otro mundo”, como aquella mirada que tenían los exploradores de la época de los grandes descubrimientos, cuando se enfrentaron a culturas incomprendidas y “desorganizaron” los “nuevos” mundos a los que llegaron. Sin embargo, aquellos visitantes sí organizaron inventarios y colecciones de fragmentos de sentido que habían perdido su contexto original pero que tenían que recuperar uno nuevo.