Cuenca Matanza Riachuelo. Con la coordinación de la arquitecta Claudia Zavaleta (España) el workshop trabajó sobre la idea de frontera urbana como espacio de conflicto, transformación, mutación e hibridación del territorio.
Durante los meses de octubre y noviembre de 2008 la Maestría diCom contó con la visita de la arquitecta Claudia Zavaleta, investigadora y profesora de la Universidad de Sevilla, que coordinó el taller “Transgresiones fronterizas”. Este seminario teórico-práctico resultó en una actividad conjunta con la Maestría de Gestión Ambiental Metropolitana (GAM) y el Programa de actualización en Diseño del Paisaje, ambos posgrados de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU/UBA).
El workshop propuesto por Zavaleta se desarrolló en tres etapas. La primera estuvo relacionada con la idea de “construcción del medio y del paisaje” en referencia al proceso de interacción ser humano/naturaleza cuya tensión ha dado lugar a diversas sociedades, ambientes y paisaje, es decir, a manifestaciones o a representaciones espacio-culturales productos de esta interacción. Como señala Zavaleta, “en el proceso de construcción del entorno nuestras acciones dejan una huella espacial interpretada como el medio, el territorio, el paisaje”. En segundo lugar, el seminario indagó sobre “la percepción y la comunicación” de esa construcción espacial. En palabras de la arquitecta “interactuamos con nuestro entorno, recibimos y emitimos información en forma de indicios, signos, palabras, imágenes, movimientos… favoreciendo unos procesos en detrimento de otros” para hacer referencia a los lenguajes a través de los cuales ciframos o des-ciframos nuestro comportamiento en el espacio. Este enfoque permite ver cómo estos comportamientos han de incidir en la percepción, planificación y comunicación del territorio panurbano. Por último, Zavaleta subrayó la importancia de pensar el “límite” o la “frontera” como un espacio creativo y a la “trasgresión” como una actitud vital de cuestionamiento, de posibilidad de cambio. En esta concepción la ciudad podría ser el resultado del exceso de límites, de fronteras y de bordes, derivado de una actitud de fragmentación desproporcionada.
A continuación se publican dos trabajos audiovisuales realizados por alumnos del segundo año de la Maestría diCom que fueron parte de la investigación presentada para el workshop “Transgresiones fronterizas”. Ambos proyectos intentan resumir cómo las fronteras urbanas constituyen espacios conflictivos de cambio, transformación, mutación e hibridación. Como explica Zavaleta, todos éstos legados por la modernidad en su “liberadora y decadente fase de posmodernidad”. El concepto de frontera en ambos proyectos va más allá del espacio físico e involucra aspectos inmateriales de nuestra realidad territorial y urbana.
Ante la posibilidad de analizar ciertas problemáticas en torno a la frontera político-geográfica de la Cuenca Matanza Riachuelo (partido de Lanús), nos encontramos con la certeza de estar contemplando la propia imposibilidad de comprender acabadamente un fenómeno complejo. El acercamiento a este paisaje social todavía nos resulta impenetrable. Los espacios vacíos entre los datos, las imágenes, los espacios de indeterminación, las inquietudes y los ruidos fueron, entonces, el material de nuestro trabajo.
En primer lugar propusimos un objeto que diera cuenta de nuestro modo de mirar a esta realidad, de su condición mediada, con la esperanza de mostrar, develar una posición. El objeto simbólico deberá circular y, en el mejor de los casos, penetrar en espacios (laborales, políticos, sociales, vitales) para colaborar con otras miradas posibles.
Para este workshop, elegimos realizar un audiovisual en formato de spot televisivo y trabajar imágenes que remitieran a las posibilidades de percepción, haciendo referencia a sus capas en un intercalar de imágenes y sobreposición de texto que hablara de pesos simbólicos, en un juego metafórico que permitiera establecer y visualizar igualdades numéricas desiguales.
¿Cuánto pesa? es la pregunta ambivalente que intentamos responder a partir de la comparativa de números, la cifra evidente de una situación compleja.
Buena parte de la recolección de residuos de la Ciudad de Buenos Aires conforma recorridos que atraviesan la frontera geográfica de la ciudad. Tales recorridos configuran (material y simbólicamente) los territorios en que se suceden. Uno de los territorios de más impacto de esta actividad (practicada formal e informalmente) es la zona lindera al Riachuelo, entre Puente Alsina y Puente La Noria. Los circuitos de recolección no sólo “dibujan” un espacio concreto sino que se desarrollan en un plano temporal que también es parte de la construcción de estos territorios.
El objetivo del trabajo es por un lado, el registro audiovisual (durante 24 horas) del pasaje de residuos de la ciudad a Lanús. Por el otro, el registro sonoro de los recolectores que relatan aspectos de su trabajo y de sí mismos. Finalmente, se proyectan en simultáneo (y en tiempo real) ambos registros.
Este video (aún en estado preliminar) exhibe una problemática que no es novedosa pero que nunca fue expuesta sin reducciones. Las muchas y heterogéneas voces de los responsables cotidianos de la recolección de residuos, sumadas a lo incontestable de los datos cuantitativos registrados por una video-cámara situada en un lugar estratégico, evidencian la complejidad de una actividad que, en buena medida, configura el aspecto más doloroso del “paisaje” de una de las zonas más afectadas de la Provincia de Buenos Aires.