Entre la arqueología y el diseño media un interés hacia los objetos que aboga por la representatividad social que estos adquieren como estamentos culturales. En Colombia, dichos elementos entendidos también como patrimoniales en un amplio ámbito cultural, cobijan trabajos que los promueven para preservarlos como bien público. En virtud de ello dos disciplinas se vinculan desde lo institucional o bien desde “nuevas” posturas expositivas o montajes museográficos para visibilizar el objeto arqueológico no como un elemento vetusto y sin contexto, sino como un contenedor de historia que atañe la memoria colectiva. La arqueología investiga sobre el significado de aquella pieza e indaga sobre el modo en que llega ante los observadores. El diseño por su parte actúa en la exposición objetal integrando lo que se exhibe en el espacio donde se hace.
A través de las denominadas “variables blandas” o desde museos plenamente establecidos se aboga por otorgarle al registro arqueológico un estatus que resalte sus atributos artísticos y estéticos en la medida en que se hace hincapié en las bondades o necesidades de asumirlo como propio. La función del diseño en este caso sustenta la forma de hacer más visible el objeto mediante la puesta en práctica de concepciones y tecnologías.
Este texto corresponde a la síntesis del Trabajo Final Integrador realizado para la obtención del título de Especialista en Diseño Comunicacional.