Desde la perspectiva de los estudios visuales es posible analizar algunos documentales críticos sobre personas marginadas, a través de los cuales se puede identificar cómo trasciende el dispositivo en un determinado contexto socio-cultural, transformándo su carácter de hegemónico a crítico.1 Estos documentales cuestionan los modelos que se definen desde la cultura visual, sobre cómo se ha construido la mirada alrededor de estos grupos a través de la fotografía y el cine —usos hegemónicos con ciertas relaciones de poder—, funcionando como una especie de adiestramiento de la mirada. En definitiva, estos funcionan como detonante para generar nuevos lenguajes y permiten la creación de ensayos documentales híbridos, que emergen con el quiebre que se genera cuando lo real se mezcla con lo teatral produciendo la ironía.
El abordaje de este estudio va desde los inicios de la fotografía en el siglo XIX en Colombia —con los primeros estudios fotográficos interesados por registrar a las personas marginadas— hasta la actualidad. Desde entonces, la lógica industrial se intensificó y los medios masivos dominaron la representación de estos grupos marginados. En la actualidad, los artistas activistas toman el espacio público en diferentes partes del mundo con la intención de generar nuevas relaciones intersubjetivas.
Este texto corresponde a la síntesis del Trabajo Final Integrador realizado para la obtención del título de Especialista en Diseño Comunicacional.