El presente trabajo se ha abordado desde la acuidad de la mirada internacional, es decir desde un punto de vista que previsiblemente ha dejado de lado otras formas de asumir la problemática planteada. En consecuencia, articulamos un marco de reflexiones en torno a tres premisas: la geo-política del conocimiento; la idea de que es posible diseñar una cartografía del conocimiento en el contexto de la cultura occidental; y como resultado de las dos primeras, establecer nexos y relaciones en busca de una “identidad proyectual” en principio definida por un tipo de saber/s específico/s y que conforman el territorio de la Arquitectura y los Diseños, en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires.
A su vez, el texto en tanto conjunto de ideas tiene también como objetivo entender que los saberes comprometidos en tanto Territorio de conocimientos en común, desde la Arquitectura y los Diseños se definen como el resultado de “un saber técnico y un hacer teórico necesarios para la producción de ciertos objetos”, que por sus características materiales pueden acceder a una dimensión cultural y generan una cosmología material y simbólica que alude a universos culturales; por lo tanto son objetos que “comunican” las formas y significados de la organización del mundo y de la sociedad en un período histórico y lugar establecido, situación que se relaciona con las formas de difusión y transmisión del conocimiento en determinado momento y como resultado de cambios de orden epistémicos, es decir culturales en el contexto de la civilización occidental.
En consecuencia desde el espacio de la Universidad en tanto espacio del saber y la FADU como espacio del conocimiento subsidiario del modelo fundacional de la UBA, ensayamos una reflexión epistemológica cuya búsqueda estuvo atenta a los discursos de validación y espacios institucionalmente reconocidos con el objetivo de mapear el origen y evolución del saber proyectual vinculado a la difusión y al proceso del conocimiento, desde una visión relacional pasado-presente con la historia de nuestro país y los sucesos internacionales.
Desde los eventos relatados fuimos descubriendo desde una perspectiva geopolítica del conocimiento la dimensión institucional y cultural de la Universidad de Buenos Aires, en tanto espacio del saber, como resultado fundacional de la cultura occidental. La expansión europea por el Atlántico en un primer momento conquistó y colonizó a través de la cristianización y sus instituciones. Continuó a través de la Misión Civilizadora, la «civilización» secular del conocimiento, en una historia del conocimiento que impuso el modelo de universidad basado en el desarrollo de la investigación y los estudios profesionales. Este modelo de formación fue el de nuestros intelectuales independentistas que forjaron una conciencia criolla, que se reconoció en la cultura occidental. En consecuencia, la Universidad en América debe ser vista por nosotros desde la construcción de la civilización Occidental.
En este sentido, por ejemplo: los Tratados Renacentistas, el Tratado de Vitrubio y los Tratados de Arquitectura y Tipografía franceses, los textos de historia, construcciones, revistas especializadas etc., de siglos posteriores, deben ser entendidos como textos de teoría que fueron parte del universo cultural del proceso de expansión de Occidente. Desde esta perspectiva la producción intelectual y material de este territorio de conocimientos fue revelando las formas y significados de la organización del mundo y de la sociedad en un tiempo y espacio histórico establecido.
En este contexto determinado por el complejo entramado de sus condiciones de posibilidad material en relación con las normas o leyes instituidas, así como por aquellos cánones o reglas que hacen a su concepción, su comprensión y transmisión, nos hace pensar que el arquitecto o el diseñador generan un determinado objeto cultural inscripto en condiciones de determinación y en consecuencia podemos asimilar esta producción a la de un demiurgo que participa en la construcción de objetos de uso corriente, religioso, institucional etc., reveladores de universos culturales.
Al mismo tiempo, la búsqueda de una visión que dé cuenta de un saber específico introdujo la idea de un conocimiento proyectual sesgado por un hacer teórico y un pensar técnico, es decir, pensar la producción intelectual de un territorio de conocimientos en común, que se define por la realización de objetos que se ven comprometidos desde la forma, a una obligación estética vinculada a su condición de objeto de significación; y desde su materialización, a una obligación técnica, producto de los avances científicos y tecnológicos, estableciendo sus diferencias en el orden del uso que se les asigna, lo que implica reconocer en ellos diferencias por su interacción social, exhibición, circulación y consumo ( escala, percepción, relaciones de apropiación, ubicación en el espacio, dimensiones, color etc.,), determinados por leyes de mecenazgo, patronazgo, mercado, etcétera.
Este particular enfoque nos ha permitido profundizar sobre la “Institución Universidad” (UBA) desde su rol académico-institucional, y sobre las prácticas que llevan en nuestra Facultad (FADU) a la formación disciplinar del Arquitecto y del Diseñador; su misión social, su evolución, sus problemas y limitaciones; la necesidad de un entorno reflexivo respecto de las Tecnologías de la Comunicación y Difusión de la información (TICs), en tanto, medios técnicos que amplifican y producen efectos de sentido que insinúan cambios en la formación disciplinar y la práctica profesional, en la actual Sociedad del Conocimiento. En este punto cabe mencionar que el discurso mundial señala que esta Sociedad signada por una constante innovación tecnológica parece desequilibrar la ecuación enseñanza-aprendizaje hacia la valencia aprendizaje y transforma poco a poco el entorno educativo en un proceso de formación continua, de investigación e innovación, que se sustenta en la generación de nuevos paradigmas científicos y la constante incorporación de innovaciones tecnológicas a los procesos productivos, como factor determinante de prosperidad y bienestar social. Desde este particular punto de vista quizás sea necesario no sólo pensar sino fundamentalmente re-orientar los principios y los objetivos de la investigación y de la enseñanza, como debate frente al cambio de orden epistémico que parece acompañar los comienzos del siglo XXI.
Este texto corresponde a la síntesis del Trabajo Final Integrador realizado para la obtención del título de Especialista en Diseño Comunicacional.