Un autorretrato posee distintas intenciones temporales. Sin embargo, aunque la necesidad de auto representación varíe con las exigencias de la cultura del autor, el resultado continua siendo una fotografía personal. El auge de las redes sociales y la importancia de la exposición de la presentación personal ha llevado al individuo a tener un perfil, características representativas y, en consecuencia, una imagen social y virtual. Y a considerar que un autorretrato virtual es un elemento para compartir. En 2013, el Diccionario Inglés de Oxford catalogó el término “selfie” como la palabra del año. A raíz de este momento, el auge de su nombre animó a los internautas a producir un mayor número de fotos para ser publicadas en la web.
Las selfies como actividad social pueden alejarse de un análisis fotográfico pues a menudo se les adjudica una carga banal. No obstante, al ser un registro que se reproduce diaria y mundialmente a gran escala, no es tan solo una actividad, más bien podría considerarse un fenómeno de la fotografía e incluso un nuevo género fotográfico.
Este texto corresponde a la síntesis del Trabajo Final Integrador realizado para la obtención del título de Especialista en Diseño Comunicacional.